miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Estudiantes?

 
Una imagen que lo dice todo: violencia, atropello a la autoridad, rostros encapuchados y sinrazón entre quienes deberían estar estudiando en las aulas. Foto: Archivo 
La elección de consejeros superiores de los claustros de profesores y de graduados de una universidad debe ser un acto democrático caracterizado por la participación y el respeto, seguido por el correspondiente acatamiento de los resultados. Sin embargo, nuestra Universidad de Buenos Aires ha sido recientemente escenario de injustificables presiones y de actos de violencia inconcebibles provenientes de grupos de jóvenes que no dudaron hasta en tomar facultades para obstaculizar ese proceso.

Estudiantes, manifestantes políticos encapuchados y policías se enfrentaron en las calles mientras se desarrollaba la elección de los representantes del Consejo Superior de esa casa de altos estudios. Hubo que variar hasta la sede del encuentro para que los violentos no impidiesen su realización.

Se trata de actos degradantes que muestran una Argentina que atrasa, que está dando el peor de los ejemplos; un país donde, cada vez más, hay quienes buscan someter la educación a una anarquía moral, con el fin de desterrar el principio de autoridad y de enseñorearse en la violencia.

El panorama es crítico: padres que agreden a maestros, chicos que desoyen a ambos y que se enfrentan entre sí, jóvenes que se apoderan ilegítimamente de sedes académicas con actitudes típicas de matones, pero inaceptables entre estudiantes. Debemos hacer algo y rápido para reencauzarnos como sociedad en la senda que nunca debimos abandonar: la de la racionalidad, el respeto y la construcción de un futuro con pluralidad de voces y sin patoterismos..

El colmo del nepotismo

Impedido por la Corte para seguir como gobernador, Gerardo Zamora designó a su esposa para continuar manejando como un feudo a Santiago del EsteroCuando apenas habían pasado unos pocos días desde que el gobernador de Santiago del Estero, el radical K Gerardo Zamora, fue inhabilitado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación para volver a competir por un nuevo mandato consecutivo por ser contrario a la letra de la Constitución provincial, ese dirigente vuelve a desatar la polémica al designar a su esposa para competir por su sucesión.
Es el colmo del nepotismo disfrazado de necesidad, pues los socios peronistas del gobernador en el Frente Cívico aseguraron que la candidatura de Claudia Ledesma Abdala de Zamora a gobernadora para los comicios que se celebrarán el 1° del mes próximo es la única que "garantiza el crecimiento sostenido que la provincia viene teniendo en estos ocho años". En rigor, con un nuevo mandato en la sombra de Zamora, los aliados se garantizan la necesidad de armarse una coraza tendiente a protegerse mutuamente frente a cualquier cuestionamiento político-judicial que pudiera surgir, además de seguir viviendo a expensas, en su caso, de la dadivosa mano del gobierno nacional.
Con este tipo de decisiones, Santiago del Estero, una vez más, se ríe de la Justicia y de su propia Constitución. No será Zamora el nuevo gobernador, pero para el caso es lo mismo, como lo fue cuando Mercedes Marina Aragonés de Juárez, conocida como "Nina", gobernó el distrito al suceder a Carlos Juárez, su esposo y polémico mandatario provincial durante cinco períodos.
El mandato de Nina Juárez fue interrumpido durante el gobierno de Néstor Kirchner, con la intervención federal, a cargo de Pablo Lanusse, quien denunció penalmente a los Juárez por defraudación contra la administración pública.
Santiago del Estero es una provincia feudal en la que los puestos públicos se dirimen en la más absoluta arrogancia. Los dirigentes que logran imponerse de esa forma en el poder hacen gala de una tiránica territorialidad. Basta con observar la estrategia del propio Zamora para los últimos comicios. A sabiendas de que la burda arremetida para intentar perpetuarse en el cargo de gobernador podía ser rechazada por la Corte nacional, se "reservó" otro cargo: el de senador nacional, que asumiría el 10 del mes próximo, ya que en los comicios del domingo último se presentó como senador suplente, detrás de Daniel Brue y Ada Capellini. Se especula con que Brue asumirá en Obras Públicas en la próxima gestión, lo que facilitará el ingreso del gobernador en la Cámara alta.
A la esposa de Zamora la acompañará como candidato a vicegobernador José Emilio Neder, peronista, actual ministro de Gobierno, que acompañó a Zamora en sus dos mandatos como gobernador. Claudia Abdala de Zamora, en tanto, es nieta de un dirigente radical y fue defensora del Pueblo en el municipio de La Banda, entre 2003 y 2005.
El Frente Cívico obtuvo en las PASO de agosto un contundente triunfo, el que llevó a la presidenta Cristina Kirchner a felicitar a Zamora. "Te pasaste con el 70 por ciento", le dijo en Tecnópolis. Poco antes, lo había llamado "mi amigo Gerardo". Fue cuando la jefa del Estado viajó a Santiago del Estero para inaugurar el aeropuerto de Río Hondo y un enorme foro de convenciones, dos megaconstrucciones innecesarias a los ojos de no pocos santiagueños que ven cómo se dilapidan los dineros públicos en actos de amiguismo mientras se profundizan los bastiones de pobreza.
La celeridad en designar a la esposa de Zamora para que reemplace al actual mandatario en su puesto de gobernador -el Frente Cívico repitió el domingo pasado su amplio triunfo en las elecciones generales y todo indica que volverá a ganar en diciembre- plantea otra cuestión para destacar: ¿no existen fuera de los parientes y amigos de un funcionario figuras con la suficiente preparación e idoneidad para encarar semejantes empresas? En el caso santiagueño, el largo paso dado por la "pata peronista" de la alianza gobernante y la rápida aceptación de los radicales K muestra que no. Ellos interpretan el poder como un coto cerrado y las leyes como un instrumento de uso personal.
La oposición santiagueña fue muy crítica. El senador nacional Emilio Rached, vicegobernador de Zamora en sus dos primeros años de gestión, opinó que se trata de "una falta de respeto al pueblo, a las instituciones y a la política".
Como ya hemos dicho desde estas columnas, el tema es todavía más grave: la Argentina es una República y no una monarquía absoluta donde las constituciones son apenas una herramienta sujeta a ambiciones personales y, algunas provincias, feudos a cargos de caudillos dispuestos a todo..

Mujeres, ante la violencia de género y la falta de justicia

La dura condena por el asesinato de Wanda Taddei es una excepción en un sistema en el que los castigos escasean o llegan generalmente tardeLas últimas estadísticas hablan de 255 mujeres asesinadas en 2012, mayoritariamente a manos de sus parejas o ex parejas. Según datos del Observatorio de Femicidios en la Argentina, dirigido por la Asociación Civil La Casa del Encuentro, en 2011 y el año pasado, 703 hijos quedaron sin madres, es decir, fueron víctimas colaterales de la violencia de género. De ese total, 460 son menores de edad y, según estudios, lamentablemente la mayoría de ellos habrá naturalizado la violencia. De adultos, muchos varones tenderán a repetirla y, muchas mujeres, a tolerarla.
En 2012 hubo apenas 27 femicidios menos que en 2011, cuando se produjo el pico de muertes por esa causa y cuando desde muchísimos sectores comenzaron a reclamarse acciones más duras contra esos asesinos y a concientizar a la sociedad sobre este mal que ha venido creciendo en forma ininterrumpida desde 2008, cuando empezaron las primeras mediciones privadas. Lamentablemente, esa toma de conciencia no se refleja en la celeridad y contundencia de los procesos judiciales en los que se tramitan casos de femicidios.
En 34 de los femicidios ocurridos en 2012 existían denuncias previas y 14 de esas víctimas tenían concedidas por la Justicia medidas de prohibición de acercamiento o de exclusión del hogar que, claramente, no fueron suficientes para que el ciclo de la violencia concluyera de la peor manera. No puede entonces mostrarse sorprendido un Estado que, sea a través de la policía o de la Justicia, había ya participado en estos casos y no pudo evitar el final.
Apenas si puede mostrarse como un relativo éxito del sistema la condena a 35 años de prisión de Eduardo Vázquez, ex baterista de Callejeros, culpable de haber prendido fuego a su esposa, Wanda Taddei, hace poco más de tres años. En una primera instancia, Vázquez -acaba de apelar el último fallo- había sido condenado a 18 años de cárcel, por entender la Justicia que pesaba sobre el imputado el trauma de haber vivido la trágica experiencia del boliche Cromagnon, donde murieron 194 personas el 30 de diciembre de 2004.
Revisado el caso en Casación, la pena se elevó al máximo permitido, sin atenuantes de ningún tipo. Es realmente una excepción la rapidez y el monto de esa condena. Y una excepción motorizada fundamentalmente por los padres de Wanda Taddei, que no abandonaron ni un minuto la lucha por el esclarecimiento de la horrorosa muerte de su hija. De no ser por ese esfuerzo, tanto en tiempo como en dinero, que afrontó la familia de la víctima, tal vez Vázquez estaría libre dentro de poco tiempo.
Hay casos de mujeres asesinadas por sus parejas que nunca llegan a juicio oral; en otros, ni siquiera se llama a indagatoria ni se ordenan las más urgentes medidas de prueba o se preserva el lugar del crimen. Y hasta todavía se suele escuchar el lamentable calificativo de "crímenes pasionales", que busca justificarlos o "comprenderlos" bajo el supuesto de que fueron cometidos por un "amor desmedido y no correspondido".
Paralelamente a los casos de femicidio y entre las tantas formas de violencia de género, se desconoce en nuestro país el paradero de más de 50 mujeres desde 2005, según datos de la ONG Personas Perdidas, entidad creada por Juan Carr. Los casos de Florencia Penacchi y María Cash, junto con el de Marita Verón, son apenas tres de una larga lista de mujeres sobre cuyo destino nada se sabe hace ya muchos años y en los que el continuo batallar de los familiares de las víctimas ha sido decisivo para que esas ausencias no queden en el olvido.
Como ya hemos dicho desde estas columnas, hay un silencio cómplice de parte del poder político -del que dependen las policías- y del judicial, que no dan a estos casos la relevancia que merecen, revictimizan a las víctimas y no se comprometen a hallar una solución concreta y duradera.
El estado de violencia se esparce como epidemia en escuelas, en la calle, en el debate político y hasta en contra de las instituciones de la República. Hay una tendencia a justificar el vale todo por sobre principios tan sagrados como el de la propia vida.
En una era en la que la violencia encuentra nuevos canales de penetración y permanencia, como Internet, donde por ejemplo aparecen blogs que instan al acoso en el transporte público, se necesitan un cambio cultural profundo, reglas de juego claras y una Justicia rápida y contundente, cuyas decisiones lleven algo de paz a las víctimas y sus familiares, y se conviertan en ejemplos disuasorios.
Que un caso como el de Wanda Taddei haya conseguido una resolución judicial categórica en poco más de tres años y medio es una bocanada de aire fresco, pero no alcanza. No todos los padres tienen la fortaleza de los Taddei, ni de los Cash, ni sobreviven al dolor a pesar de todas las injusticias, como ha hecho Susana Trimarco, madre de Marita Verón, desaparecida en 2002.
Tiene que haber una justicia y una sociedad dispuestas a avanzar rápido y ejemplificadoramente. Y legisladores y gobernantes decididos a trabajar por leyes justas y por el fin de la impunidad.
Diez años es lo que tarda en promedio una mujer para reconocer y denunciar la violencia de género que padece. Muchas otras nunca logran hacerlo. La terminan tolerando y naturalizando a tal punto de justificarla y sentirse culpables. Por ello, cuando una víctima toma conciencia y se anima a denunciar la violencia que padece, el Estado no puede fallar. Si no está a la altura de las circunstancias, si no les garantiza seguridad y justicia, seguramente no habrá una segunda oportunidad y estaremos hablando de un femicidio más. Ello siempre que sea registrado por el Observatorio de La Casa del Encuentro. De lo contrario, ni siquiera será considerado pues no existen hoy estadísticas oficiales.
La violencia de género, como otros tantos tipos de violencia, es un problema que nos atañe a todos como sociedad. Y, como adultos especialmente, debemos dar el ejemplo para que el verdadero respeto por el otro comience, se internalice y se defienda desde la misma infancia..

Hipocresía del Gobierno frente a la inseguridad

El secretario de Seguridad, Sergio Berni, culpa cínicamente a la Justicia cuandoes el Poder Ejecutivo el responsable de no combatir la delincuenciaEl secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, volvió a brindar otra muestra de desaprensión e hipocresía al formular declaraciones sobre la inseguridad, cuando afirmó que en la Capital Federal, según los jueces y camaristas, hay una población de 4000 ladrones y arrebatadores "y no se puede hacer nada", pues "no hay ninguna condena" para los ladrones que "antes entraban por una puerta y salían por la otra", pero "ahora ni siquiera entran".
A primera vista, no puede negársele razón al funcionario acerca de los detenidos que son liberados casi en el acto, pero en su calidad de máximo responsable en el tema seguridad -es sabido que el ministro de esa cartera, Arturo Puricelli, carece de peso y de autonomía en el área- Berni tiene que saber que la culpa de que muchos delincuentes recuperen en forma inmediata su libertad no es básicamente de los jueces que los liberan sino de las leyes que los obligan a hacerlo.
Si la legislación actual ha quedado desactualizada o los ideales extremadamente garantistas que en su momento las inspiraron han demostrado ser no sólo erróneos sino que se han convertido en un firme impulso a la actividad delictiva, la solución es reformar las leyes y adecuarlas a la realidad que tan bien describe Berni.
Por eso es que no puede dejar de advertirse la hipocresía que trasuntan sus dichos al culpar a los jueces. En efecto, dirigiéndose en forma directa a ellos, afirmó: "Bajamos el delito automotor, bajamos los índices de robo en salideras bancarias, se redujo el robo por entraderas, pero los arrebatos no podemos bajarlos porque ustedes no avanzan con las causas y ordenan liberar a estos delincuentes. Esto es grave, les pido que trabajemos juntos en este tema".
Es injusto que los jueces carguen con toda la culpa cuando, como dijimos, son las leyes las que los constriñen a actuar como lo hacen. En cuanto a la reforma de las leyes, el Gobierno que Berni integra ha contado con mayoría legislativa como para modificar esta realidad. Si no lo hizo fue porque endurecer la legislación habría ido en contra de los pretendidos ideales progresistas que tanto proclama el kirchnerismo.
El gobierno nacional también es responsable del enorme déficit en el nombramiento de jueces debido a la inactividad del Consejo de la Magistratura, órgano encargado de seleccionar, sancionar o remover magistrados. A su vez, el Poder Ejecutivo debería haber enviado al Senado ternas de jueces, y no lo hace, complicando así la administración de justicia.
Todo esto confirma una vez más que el de la seguridad es un tema que no les interesa a las autoridades nacionales. No sólo estuvo virtualmente ausente a lo largo de los diez años de kichnerismo, sino que a medida que crecía la ola delictiva, los funcionarios negaban el fenómeno y lo calificaban de sensación. Fue Néstor Kirchner quien lo hizo por primera vez: "Los índices de inseguridad van bajando, pero la sensación de inseguridad aumenta", había dicho el ex presidente en 2004.
En cuanto a Berni, el año pasado sostuvo que en la Capital la tasa de robo seguido de muerte colocaba a la ciudad "entre las más seguras de Sudamérica", pero las cifras que mencionó eran menores que las que recogía la crónica policial. Al respecto, es de destacar que desde 2009 la Policía Federal no divulga sus estadísticas, seguramente para no asustar a la sociedad.
Obligadas por los malos resultados en las elecciones primarias, donde el problema de la inseguridad fue decisivo, ahora las autoridades no tuvieron más remedio que admitir aquello que negaron durante una década. Pero sus dichos, y las improvisaciones que llevan a la práctica, como quitar a la Gendarmería de la frontera Norte y reemplazarla con las Fuerzas Armadas, confirman que el problema les sigue siendo ajeno y que ésta es la principal razón del fracaso en la lucha contra el delito..

El dumping europeo

Una medida de la Unión Europea, sin aparente basamento legal, deja sin sustento económico a recientes inversiones argentinas para la producción de energUna decisión de la Unión Europea respecto del biodiésel, aduciendo dumping, es decir, ventas argentinas a menor precio que en sede nacional, tendrá como consecuencia menores ingresos anuales de divisas del orden de los 1500 millones de dólares, paralización de nuevas inversiones, pérdida de empleos y de ingresos fiscales, además de daños en toda la cadena que tiene a la soja como su principal insumo.
La producción de biodiésel es relativamente novedosa, de notable crecimiento en el último quinquenio y de gran dinamismo con vistas al futuro, nacida a partir de la experiencia de otras naciones, como Brasil, con la producción de etanol a partir de la caña de azúcar, y de los Estados Unidos, sobre la base del maíz. Se reconocen al biodiésel ventajas motivadas en la sustitución de los combustibles de origen fósil y de orden ambiental. La capacidad instalada de producción se estima en 4,2 millones de toneladas en su gran mayoría, a cargo de 11 grandes industrias radicadas, con sólo una excepción, en la provincia de Santa Fe . Como subproducto principal de su producción, surge la glicerina, que dio lugar también a la sustitución de su importación y su reemplazo por exportaciones del orden de los 90 millones de dólares anuales, con el añadido de plásticos biodegradables y otros productos generadores de una cadena de valor.
La decisión europea de sancionar a las exportaciones argentinas con una acción por dumping dio comienzo el año pasado con una investigación que, en mayo pasado, dio lugar a la sanción de un antidumping provisional que en esta última semana se hizo definitivo, por aplicarse en diciembre próximo con una tarifa de 340 dólares por tonelada, que se estima representará un arancel de importación equivalente al 22 o 25 por ciento, según el valor actual del producto. El impacto de la decisión provocará importantes consecuencias no sólo por la magnitud de la medida, sino también por la participación europea en estas exportaciones argentinas, que ha sido del orden del 90 por ciento.En la industria local se considera una medida sin el respaldo legal correspondiente, según las normas de la Organización Mundial del Comercio, que podrá ser impugnada en un proceso que lleva mucho tiempo. Una tan alta proporción de la participación europea en las ventas argentinas no es de fácil resolución y también representa un largo y costoso camino por recorrer. Un camino que ofrece perspectivas es el aumento de la proporción del biodiésel que lleva la venta local de gasoil, que ahora es del 8 por ciento y que poco tiempo atrás estuvo cerca de ser incrementado en un 10 por ciento, medida que finalmente no fue sancionada.
Su adopción sustentada por la industria local tendría el mérito, en este caso legítimo, de sustituir importaciones de energía en el contexto de la crisis energética que vive el país, y en circunstancias en las que el gasoil importado puesto en refinería ha estado más caro que el biodiésel nacional, sin contar los impuestos específicos. Al mismo tiempo se ahorrarían las tan necesarias divisas.
En suma, se trata de un tema para debatir en el que tendrán necesaria participación no sólo los intereses involucrados, sino las experiencias de las naciones mencionadas y otras más, productoras de bienes bioenergéticos..ía

Los delitos por corrupción no deben prescribir

Es necesario garantizar que no habrán de quedar impunes las aberraciones cometidas por los funcionarios que utilizan al Estado en su propio beneficioSegún el diccionario de la Real Academia Española, "leso o lesa" son adjetivos que significan que algo ha sido agraviado, lastimado, ofendido. Los crímenes de lesa humanidad son aquellos que por el grado y alcance de esa ofensa, de ese agravio o de esa herida no prescriben, es decir, pueden ser juzgados independientemente del tiempo que haya transcurrido desde el momento en que el delito se cometió. Se trata de actos inhumanos, atroces, que han sido perpetrados por los Estados o por particulares amparados y tolerados por aquéllos.
Para el resto de los delitos, nuestro Código Penal establece distintos momentos para que opere la prescripción: a los 15 años, cuando la pena fuere la de reclusión o prisión perpetua; después de transcurrido el máximo de duración del castigo señalado para el delito, si se tratare de hechos reprimidos con reclusión o prisión no pudiendo, en ningún caso, el término de la prescripción exceder de 12 años y bajar de dos años.
Así, la prescripción de la acción penal importa la extinción del castigo y la puesta de límites a la pretensión punitiva de los Estados, ya sea por el tiempo transcurrido, porque no ha habido juicio o porque no se ha ejecutado una condena. Sin embargo, esa necesidad de poner fin a una persecución se ha ido modificando con el tiempo, especialmente cuando la prescripción resulta peligrosa para el orden social o puede llevar a la impunidad de quienes cometieron crímenes aberrantes como el terrorismo de Estado.
Desde hace ya tiempo en nuestro país se alzan voces para que no prescriban los delitos de corrupción. Pero han sido casi siempre reclamos aislados, que no han conseguido modificar la ley.
Por cierto que, en la Argentina, la corrupción no es un fenómeno reciente. Desde 1890 a la fecha, han sido numerosas las denuncias por ese delito en el país, pero no nos equivocamos si decimos que ese fenómeno ha ido in crescendo desde la década del 90.
Los casos de la mafia del oro, del contrabando de armas a Croacia y a Ecuador, de la denominada "aduana paralela", el expediente IBM-Banco Nación, la causa Ciccone, las sospechas por lavado de dinero, las presuntas coimas por la sanción de la reforma laboral y los múltiples trámites judiciales en los que se investiga el presunto enriquecimiento ilícito de funcionarios son algunos de los ejemplos más contundentes de que algo hay que hacer para que esos delitos sean finalmente juzgados y condenados.
Por enriquecimiento ilícito, a fines de 2012 había 35 causas abiertas en las que están sospechados funcionarios y ex funcionarios del actual gobierno. La condena a Felisa Miceli, ministra de Economía durante el gobierno de Néstor Kirchner, y las causas seguidas a María Julia Alsogaray, secretaria de Recursos Naturales durante la presidencia de Carlos Menem, o el pronunciamiento judicial contra este último en la causa por contrabando de armas son excepciones.

Pero ha habido otros hechos que han dejado huellas profundas en una sociedad como la nuestra que, afortunadamente, ya no acepta como un dato inevitable de la historia esos actos de corrupción por parte del Estado. Las 194 muertes del boliche Cromagnon, en diciembre de 2004; las 51 vidas que se perdieron en el terrible choque de trenes en Once, en febrero del año pasado, y las más de 60 personas fallecidas como consecuencia de las inundaciones de principios del corriente año dejaron al desnudo cuánto daño puede infundir en la sociedad la corrupción por parte de los malos manejos del Estado.
Y no hay que buscar una tragedia como las mencionadas para dar muestra de los terribles efectos que producen los brutales zarpazos de la corrupción. También dan cuenta de ello las enormes poblaciones que no tienen acceso ni a vivienda ni a salud por el desvío permanente de fondos y de la asignación arbitraria y tendenciosa de planes sociales; los inmuebles y transportes, que como en el caso de los aviones sanitarios, se ponen al servicio de los funcionarios en lugar de asistir a los pobladores, y la ostentación de muchos empleados del Estado que no pueden o no quieren justificar la procedencia de su abrupta riqueza.
En el último año, por acotar la búsqueda al período más reciente, se han presentado unos pocos proyectos de ley para declarar la imprescriptibilidad de los actos de corrupción estatales. Uno de ellos corresponde al diputado Fernando Solanas (Proyecto Sur-Capital). Otro, a Víctor Hugo Maldonado (UCR-Chaco). Mientras el del actual candidato a senador por UNEN propone declarar imprescriptibles los delitos de peculado, cohecho, concusión, enriquecimiento ilícito, negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas, encubrimiento y lavado de activos cuando hubieren sido cometidos en el ejercicio de la función pública, el del legislador radical también extiende esa condición al tráfico de influencias y a la malversación de caudales públicos.
Ambos diputados, a cuyos proyectos acompañan una decena de legisladores de la oposición, coinciden en que se trata de delitos de carácter gravoso que no pueden ser amparados por un beneficio prescriptivo y que hace falta renovar los mecanismos institucionales y contar con los procedimientos jurídicos adecuados ante este tipo de situaciones nocivas para la vida democrática. También presentaron iniciativas en ese sentido los diputados Ramón Puerta (Frente Peronista-Misiones), Gerardo Milman (GEN-Buenos Aires), Alberto Asseff (Compromiso Federal-Buenos Aires) y Laura Alonso (Pro-Capital).
Además, hace pocos días y con el lema "Nunca más a la corrupción", los principales referentes del socialismo, el radicalismo, el GEN y Libres del Sur anunciaron que presentarán iniciativas parlamentarias para crear una comisión bicameral que investigue actos de corrupción en el Estado.
Nuestro país, como ya hemos dicho desde estas columnas, ha ido degradando de manera exponencial su calidad institucional. Desde el actual Gobierno, incluso, se ha batallado -hasta ahora sin mayor éxito- para imponer una absurda reforma judicial cuya finalidad más elocuente es, precisamente, garantizar la impunidad de quienes ostentan el poder. Otro tanto ha ocurrido con el proyecto de reforma de los códigos civil y comercial, al que el Gobierno modificó en varios aspectos en busca también de quitar responsabilidad al Estado respecto del efecto de sus actos, desnaturalizando así la iniciativa original de un grupo de expertos.
Del mismo modo, se ha bastardeado a organismos de contralor como la Oficina Anticorrupción y la Auditoría General de la Nación, y presionado y apartado de sus cargos descarada e injustificadamente a jueces que tramitan causas en las que se investigan a funcionarios.
Debemos tomar conciencia de la decadencia en la que estamos inmersos. Valga como dato de referencia el Índice de Percepción de la Corrupción que elabora Transparencia Internacional, en el que este año la Argentina figuró como el sexto país más corrupto de América latina, detrás de Venezuela, Paraguay, Guyana, Ecuador y Bolivia.
"La corrupción es la hierba mala de nuestros tiempos, infecta a la política, la economía, la sociedad", ha dicho recientemente el papa Francisco, que tanto la denunciaba desde los púlpitos de nuestro país cuando su voz era la de un Jorge Bergoglio denostado por funcionarios incómodos de escuchar la verdad.
Imponer por ley la imprescriptibilidad del delito de corrupción sería dar un enorme paso. Implicaría, en definitiva, tener el coraje de llevar a la práctica tanta declamación cerrando de una vez por todas las puertas a la impunidad..

Lejos de las metas educativas de 2015

La Argentina no podrá cumplir, como se había comprometido, con las propuestas en educación que 189 países firmaron en la Declaración del Milenio, en 2000

En los umbrales del año 2000, 189 países firmaron la llamada Declaración del Milenio, acuerdo promovido por los organismos internacionales que obraron como ejes unificadores de las políticas educativas globales, si bien hubo diferencias de metas, ya que los países desarrollados, más avanzados en la escolaridad, pudieron plantearse objetivos con otros alcances y mayor autonomía. No obstante las desigualdades existentes, imperó un proceso de unidad mundial en términos amplios y hubo una concertación satisfactoria para armonizar formas de organización y gestión educativas.
En relación con América latina prevaleció el consenso logrado en 1981, cuando se aprobó el Proyecto Principal de Educación, que definió los objetivos de formación básica para la niñez y, entre otras metas significativas, promovió la mejora en la calidad de la enseñanza. Esas aspiraciones se reafirmaron en la Cumbre del Milenio, en el inicio del siglo XXI, cuando se acordaron políticas comunes que estimularan el acceso universal al sistema educativo, lo que llevó a fortalecer la igualdad de género, es decir, la incorporación de la mujer en la enseñanza obligatoria, en países que todavía no lo habían instituido.
En la solemne y promisoria Declaración del Milenio, la Argentina se comprometió a lograr en la primera década de la actual centuria que todos los niños y adolescentes completarían diez años de educación básica (sumando los años de la primaria y los tres primeros de la escuela media) y para 2015 esa meta se ampliaría, también de modo universal, a fin de que todos los alumnos completasen la enseñanza media. Cumplida la primera década, la tasa neta de escolarización progresó del 78,4 por ciento en 2001 al 85,4% en 2010, mejora insuficiente en relación con la meta formulada. El otro compromiso, proyectado para 2015, ha tenido un avance más escaso, ya que en 2001 la tasa de escolarización era del 53,6% y en 2010, a un lustro de la fecha límite, esa tasa sólo alcanzó el 54,5%, distante también de la obligación que fijó la ley 26.206
06. En síntesis, hasta hoy sólo el 44% de los alumnos concluye el secundario en tiempo y forma; un 10% lo cierra tardíamente, entre los 20 y 24 años, y más de un 40% de jóvenes abandonan o desertan sin completar el ciclo.
Idesa, centro de estudios que actualizó la información comentada, hizo notar que los magros resultados alcanzados por nuestra enseñanza sorprenden más si se considera que la inversión educativa, a partir de la sanción de la ley de financiamiento educativo de 2005, creció gradualmente hasta representar en la actualidad el 6,7% del PBI nacional, lo que supera con amplitud el financiamiento de cualquier otro país de la región.
Se hace evidente una vez más que no basta con el incremento de la inversión para asegurar una matrícula cuantitativamente plena y un nivel satisfactorio de calidad. Es mucho lo que hay que hacer para elevar las condiciones de la escolaridad de manera que la oferta educativa atraiga y dé sustento al porvenir de los alumnos. También es menester redoblar la lucha contra la pobreza que sustrae apoyos y recursos para que los menores estudien y dejen de transitar por las peligrosas vías de la exclusión social..



Deudores alimentarios morosos

Debe ser saludado con beneplácito el avance en la creación del registro de quienes incumplen sus mandatos legales
l Senado de la Nación aprobó recientemente, por unanimidad, un proyecto de ley de creación del Registro Nacional de Deudores Alimentarios Morosos -que ahora debe ser debatido por la Cámara de Diputados-, que unifica varias iniciativas legislativas en la materia.El Registro ya existe en jurisdicción del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en varias provincias, y se buscará unificar esa información en el registro nacional que, sin fecha aún determinada, se apresta a debatir la Cámara baja.Se incluirán en esa nómina todas aquellas personas que adeuden cuotas alimentarias, sean éstas fijadas con carácter provisional o definitivo, en número de tres consecutivas o cinco alternadas, previa intimación judicial.
 Se requiere que, cualquiera sea la categoría de los alimentos, éstos estén fijados u homologados por sentencia firme o por un convenio privado homologado.
Entre las consecuencias que sufrirán quienes se hallen registrados como deudores alimentarios morosos se establece, además de la publicación semestral de sus nombres en el Boletín Oficial, que las instituciones u organismos públicos no puedan otorgarles o renovarles créditos, tarjetas de crédito, abrirles cuentas corrientes, otorgarles habilitaciones, concesiones, licencias, permisos o designarlos funcionarios. Tampoco podrán acceder a la licencia para conducir, ser proveedores de cualquier organismo público, cambiar la titularidad de un negocio, postularse para cargos públicos electivos, participar en los concursos del Consejo de la Magistratura para ser designados magistrados o funcionarios del Poder Judicial sin que previamente se acredite que no se encuentran incluidos en el registro en cuestión.
También será necesario contar con el certificado de "libre deuda alimentaria" para tramitar o renovar el pasaporte, renovar la matrícula profesional, inscribirse para poder obtener el beneficio de la Asignación Universal por Hijo y anotarse en el registro de adoptantes, entre otros tantos trámites.
El proyecto aprobado por el Senado es positivo en cuanto se ha decidido finalmente tomar algún tipo de medida complementaria de las judiciales para reprimir al alimentante moroso, cuya desaprensión no conoce límites, ya que se aprovecha de una muy tibia jurisprudencia penal en materia de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar, que deja sin sanción a numerosos deudores crónicos, cuya conducta no alcanza a configurar delito.
Pero, por otro lado, en el campo del derecho civil, los deudores alimentarios han alcanzado a desarrollar todo tipo de técnicas elusivas de sus obligaciones, mediante fraudes diversos, personas o sociedades interpuestas, prestanombres, familiares permisivos y otra serie de triquiñuelas que cierta mala cultura argentina entiende casi aceptables, como también ocurre en el caso del mal comportamiento impositivo.
Precisamente, la economía informal, o sea los pagos "en negro", totales o parciales, es uno de los modos habituales de incumplir la obligación de dar alimentos o de cumplirla en menor medida de lo que correspondería hacerlo.El aspecto negativo se traduce en la inquietud que genera en el ciudadano advertir cómo hasta los actos relativamente privados de su vida pasarán a estar registrados en listados públicos o privados, susceptibles de ser consultados por cualquiera.No es necesario recordar las acciones judiciales que se han iniciado contra empresas que se dedican a calificar el riesgo de algunos deudores y distribuyen entre sus asociados la información que preparan.
Podrá decirse que se trata de una actividad lícita y que, en este caso, se persigue un fin bueno, y será verdad, como también lo es que la frontera de la intimidad se ha tornado sumamente borrosa y los tenues visillos que cubren las ventanas de la intimidad aparecen violados permanentemente.
Habrá que cuidar también que no se rocen derechos constitucionales, como la libertad para entrar y salir del país o de ejercer una industria lícita.Finalmente, habrá que poner mucha atención en no trabar al generador del ingreso alimentario, perjudicando aún más a quien debe ser alimentado.Con todo, debe ser saludada con beneplácito la medida cuya sanción definitiva habrá de discutir la Cámara de Diputados de la Nación.
Quien no cumple con tal elemental deber de la naturaleza merece que recaiga sobre él todo el peso de la ley, máxime considerando que el peso que recibía hasta ahora no era suficiente.
Los jueces dispondrán así de una herramienta legal que los ayudará a hacer cumplir sus mandatos, ya que son ellos quienes dispondrán la inscripción en el registro..

BN / TALLERES

El colmo del técnico

Mucha mala suerte para Sialle en la práctica...

Era una mañana tranquila en el predio de Talleres. El plantel realizaba su entrada en calor con el clásico fútbol-tenis. Arnaldo Sialle, el técnico del equipo cordobés, se sacó el gusto y se prendió con los jugadores. Hasta que tuvo que parar por un fuerte dolor. Cacho llamó a los médicos, lo revisaron enseguida y le diagnosticaron el problema: rotura del tendón de Aquiles de la pierna izquierda. Un bajón.
La lesión fue confirmada por el club a través de Twitter. Más tarde, acompañado por el kinesiólogo Pablo Renzi, le realizaron estudios en la zona y lo llevaron al quirófano para la intervención. El ex defensor de Newell's va a tener que estar al menos 45 días sin poder pisar. Eso puede complicar su continuidad al frente del plantel de la T. El colmo del técnico...